El evento, celebrado en el recién inaugurado showroom de Actiu en el barrio de Salamanca contó con el patrocinio de esta marca alicantina junto a la constructora SDV & Partners, Tarkett y Zumtobel, y reunió como ponentes a ocho firmas con casos de éxito en el ámbito de los espacios de trabajo que expusieron sus filosofías y trabajos ante más de 100 profesionales del sector.

Desde Madrid in Love, el director de Proyectos Pablo Roig y la interiorista sénior Leyre Ortuño analizaron el éxito del modelo coworking que permite generar comunidad, networking, formación, diversidad de espacios y usos, nuevos servicios y satisfacer las nuevas demandas laborales, así como ser una herramienta de cambio urbano al apostar por ubicaciones en el centro de las ciudades, regenerar edificios y barrios. En el caso de Utopicus Gran Vía han buscado crear un proyecto que -ante una ciudad contaminada, dura, con mucho tráfico y ruido- permita oxigenar la ciudad, ejercer como espacio de evasión y relación, así como ser un micromundo inspirador que facilite el relax, el respiro, el aislamiento y la concentración. Para lograr este pulmón han tomado la idea de un árbol como eje para distribuir las plantas del proyecto ubicando en las raíces del edificio los espacios de formación y eventos, en el tronco la parte visible con la entrada, club y parte social, y en la copa las diferentes zonas de office y trabajo. El edificio también cuenta con una terraza en cubierta como espacio de desahogo y vistas privilegiadas.

El responsable de certificación WELL del Instituto Tecnológico de Galicia, Bieito Silva, recordó cómo pasamos el 90% de nuestro tiempo en espacios interiores y el impacto que esto tiene en nuestra salud y bienestar así como en la productividad, de ahí que haya surgido un sello como WELL centrado en cómo mejorar la salud y bienestar de las personas en base a intervenir en diez conceptos: alimentación, aire, agua, ergonomía, iluminación, movimiento, sonido, materiales, mente y comunicación. La certificación WELL a diferencia de otras certiticaciones está basada en el rendimiento y pone énfasis en la fase de uso con recertificaciones cada tres años, de ahí la importancia de las “performance verification” que son tests in situ de calidad de aire, agua, iluminación, confort térmico y acústico e inspecciones visuales. En el último año el sello ha multiplicado por cuatro el número de edificios certificados en el mundo (de 900 a 4.000) gracias a que intervenir sobre el bienestar de los empleados redunda en reducciones del absentismo en un 37%, incrementos del 21% en la productividad y mejoras del 10% de la satisfacción de los clientes.

Por su parte, Laura Gärna, CEO & Founder de Gärna reivindicó el papel que juega el arte como un mecanismo para dotar de alma a los proyectos de oficinas, así como genera dopamina en los empleados incidiendo en mejoras en el aspecto de la mente que tiene en cuenta el sello WELL. El despacho además de contar con el arte como aliado se caracteriza por generar espacios de oficinas saludables, situar a las personas en el centro del diseño, apostar por espacios atemporales que huyan de las modas y que envejezcan bien, usar materiales nobles y naturales, personalizar la iluminación y tener en cuenta el ciclo circadiano así como introducir vegetación y estudios botánicos en los proyectos. Laura Gärna ilustró su ponencia con varios trabajos para Colonial, Gesvalt, John Taylor, Trivia y Neinver.

Desde Lalzada, el director de Proyectos Carlos Álvarez expuso tres trabajos recientes y otro en marcha en el ámbito de las oficinas, condicionados por la importancia de la operativa y por los lugares/espacios donde se enmarcan. Así conocimos la rehabilitación de un antiguo palacete de principios de s.XX (un edificio protegido y con una estructura complicada, en el que se han rescatado los elementos arquitectónicos de valor, potenciado los espacios y aportado una actualización, así como se buscado una distribución amplia y luminosas y recuperado el patio como eje central), las nuevas oficinas para una farmacéutica (con un diseño basado en su imagen corporativa en el que se ha jugado con el logo, los colores corporativos y la luz en un espacio abierto que también tiene zonas privadas, de concentración y phone boots, así como mayor importancia de las áreas comunes y office), las oficinas de una ingeniería marítima en los antiguos astilleros de Sevilla (con un importante trabajo de recuperación del edificio original, fachada y estructura, diseño interior  luminoso y que mantiene la esencia del edificio y zonas de presidencia con confort de hogar) y la reconversión en marcha de unas naves industriales en un futuro complejo de oficinas (en el que primará la luz, zonas verdes, espacios lúdicos, zonas de reunión y espacios para la colaboración).

Los arquitectos Carlos y Carlota Manzano, del despacho Carlos Manzano Arquitectos, compartieron el proyecto de la futura sede de Digispace en Alcobendas en la antigua sede de Bombardier. A través del experience lab del despacho han definido la estrategia del proyecto que tiene como clave entender la filosofía de la empresa y mediante actividades y reuniones con los líderes y usuarios, análisis de la competencia y del mercado y trabajo de investigación sobre la demanda y los diferentes modelos. Así se llega con el cliente a la fase de co-diseño  y definición del programa de espacios, en la que se ha apostado por un modelo híbrido que combina el trabajo individual con el trabajo en equipo y los espacios colectivos, todo ello buscando un entorno que favorezca la innovación, el confort y el trabajo bajo estándares agile. El proyecto rehabilitará la gran nave existente y el edificio anexo situando en la planta baja las cantina y talleres y en planta superior las oficinas para alquilar, todo ello abriendo la fachada para inundar los espacios de luz, así como buscando una conexión entre lo industrial y lo digital, e incorporando un graderío y una pasarela.

Otra trabajo de rehabilitación arquitectónica fue el que expuso la arquitecta María Hurtado de Mendoza desde Estudio Entresitio, como es la nueva sede el Ilustre Colegio de Médicos de Álava en Vitoria. Una ampliación y renovación de oficinas en el casco histórico de la ciudad que busca satisfacer los requerimientos de luz, ventilación y definición de espacios pero a la vez aportar un interesante juego de recinto/infinito y de reflejos para no tener la certidumbre de donde empieza y termina todo. En la planta existente se ha renovado la materialidad con un perfil de vidrio extraclaro que hace correr la luz, mientras que en el local de ampliación se ha intervenido para introducir la luz desde la terraza a la planta oscura existente mediante cajas de luz y así habilitar estos nuevos espacios para eventos, reuniones, charlas y biblioteca. Las dos plantas se conectan mediante una escalera suspendida. Hurtado de Mendoza también avanzó dos proyectos en marcha como son el Museo Nacional de la Memoria de Bogotá (Colombia) y el Club de Mar en Mallorca.

Por su parte, el arquitecto Luis Vacas de Proyecto Singular, explicó la importancia del concepto como hilo conductor de los trabajos que realizan en la firma, como es el caso del coworking que están realizando para Utopicus en Barcelona en Gala Placídia, un edificio de cuatro plantas de 5.000 m2. Para ello han establecido la línea temporal del personaje histórico que da nombre a esta plaza del barrio de Gràcia para así concebir cada planta del proyecto como un hito en su vida. Así la planta baja, que busca llamar la atención de la calle, está inspirada en sus materiales, texturas y colores en Constantinopla, mientras que la planta primera toma Roma como inspiración para organizarse en torno al patio central en villas que permiten acotar el espacio, del mismo modo que en la planta superior la referencia es Barcelona y son las masías las que rodean el espacio central. En la planta superior, donde se ubicará la zona club, zona de eventos y gran terraza, se ha apostado por un espacio más futurístico con gran presencia de neones, metálicos y reflejos.

Finalmente, desde CBRE España, su responsable de Workplace Strategy, Raquel Guijarro, desgranó el trabajo realizado para Grupo Ilunion, un ejemplo de cómo transformar las personas a través de los entornos de trabajo. Grupo Ilunion agrupa más de 50 líneas de negocio, formando parte del Grupo Social de la ONCE, anteriormente repartidos en diferentes ubicaciones y, pese a trasladarse a los dos edificios de su complejo corporativo, encontraban algunos colectivos que requerían un impulso adicional para cohesionar equipos y fomentar la colaboración. En ese momento, Ilunion cuenta con CBRE para gestionar la transformación cultural a través de los espacios: por una parte, respondiendo a la estrategia y valores de la compañía, y, por otra, entendiendo al usuario. El primer proyecto que se aborda, es el Centro de Servicios Compartidos, a través de la estrategia de workplace, mediante sesiones, entrevistas, workshops y análisis de patrones de comportamiento, se ha podido aprender de su cultura y procesos antes de abordar la definición de los nuevos espacios. Actualmente más flexibles y organizados por barrios, que permiten el trabajo colaborativo, así como refuerzan el compromiso con la compañía y el sentimiento de equipo, suponiendo un cambio de imagen interno y externo, lo que ha traído como consecuencia, la gestión de diferentes proyectos dentro del Grupo. Ha sido fundamental la involucración de los empleados, de los líderes y facilitadores del cambio para alcanzar el éxito.

El evento finalizó con un debate con todos los ponentes sobre la apuesta por los clientes por oficinas más colaborativas y con las personas en el centro, el horizonte de posible ralentización de la economía y cómo puede influir en el sector de las oficinas, los beneficios de apostar por la certificación WELL, la importancia de acompañar a las organizaciones en el proceso de cambio, los beneficios y retos que supone la apuesta por entornos biofílicos, la importancia de la ergonomía y el mobiliario en los proyectos,   y la consolidación del modelo de coworking, entre otros temas.