La arquitecta Corina Tanasescu, del Departamento de Expansión y Marketing de Alonso, Balaguer i Arquitectes Associats, ha compartido dos proyectos en marcha; uno en el ámbito público y otro en el privado. La rehabilitación del Estadio Comunal Joan Samarra en Andorra es fruto de un concurso público. Corina ha descrito cómo el proyecto del estudio además de adaptar la infraestructura a los estándares internacionales, generar equipamientos nuevos y buscar soluciones para la mejora del aparcamiento, va más allá y piensa en el impacto del equipamiento en la ciudad y en cómo mejorar el barrio.  Con una disposición en capas verticales para dar cabida a la mayor parte de las actividades, se eleva la capa de los campos de fútbol para insertar debajo los aparcamientos conectados a la calle para el acceso público y en el pliegue se genera una plaza abierta para el acceso privado, a la vez que se cubre el río con una superficie a modo de ágora y una fachada dinámica interactiva que se convierte en la propia cubierta energética del campo. Por otra parte, Tanasescu ha desvelado el trabajo en un hotel en la Plaça Europa de L’Hospitalet de Llobregat con una piel cambiante según el punto de vista, una base zócalo que suaviza el encuentro con el terreno y un trabajo de aprovechar las superficies y buscar el máximo número de habitaciones con el mínimo coste.

Por su parte, la arquitecta Victoria Garriga ha relatado su experiencia junto a Enric Miralles así como cofundar AV62 y ya desde 2015 trabajar en su propio estudio de una forma más colaborativa, interdisciplinar y deslocalizada, con una mirada local pero cada vez más global. Todo ello con una capacidad de trabajar con multiescalaridad (desde exposiciones e interiorismo, a rehabilitación, casas, edificios y equipamientos, hasta ciudad y territorio), multidisciplinariedad, responsabilidad y desde la dualidad complejidad/emoción. Victoria ha presentado el plan de acción para la mejora de los equipamientos, servicios y edificios en la nueva ciudad de Ouèdo en Benín de 60.000 habitantes, que busca convertirse en un nuevo polo y un modelo de ciudad sostenible y para ello se busca mejorar su conectividad, equipamientos, programas de activación para que la ciudad funcione y no haya espacios vacíos sin uso, acciones sobre el espacio público y mejora de servicios tanto en residuos como en movilidad.

El arquitecto Francesc Buixeda, arquitecto de BXD Arquitectura, ha centrado su ponencia en en proyectos que abordan conjuntamente la industralización, sistematización y arquitectura. Desde una vivienda unifamiliar aislada en Sant Cugat para una promotor (estrategia de diseño sin conocer al usuario final que les lleva por colocar la escalera buscando la máxima flexibilidad de las plantas, y sobre un basamento de hormigón apostar por una estructura con caja de madera contralaminada y una envolvente modulada para componer la fachada), a un edificio de viviendas en Sant Just Desvern (en una manzana de edificios de polígono residencial, con un promotor con un libro blanco muy determinado, se ha apostando por ubicar la zonas de día hacia los espacios comunitario, la estandarización y trasladar la métrica al exterior sacando la estructura fuera para convertirla en el elemento de orden compositivo de la fachada con paramentos de hormigón prefabricado), pasando por un edificio de viviendas en Cornellà (con estándares tipológicos muy establecidos, baños industrializados y modular la fachada con piezas de hormigón prefabricados y celosías para un aspecto vibrante), hasta una escuela infantil en L’Arboç con estándar post-Covid (organizada con el espacio central de distribución y cada zona son pabellones de estructura porticada de madera que pueden funcionar de forma independiente) o un concurso para alojamientos dotacionales con contenedores marítimos en Barcelona.

La arquitecta Conchita de la Villa, una de las arquitectas asociadas de Jansana De la Villa De Paauw, ha defendido la importancia de los proyectos de urbanización, zonas verdes y paisajismo ya que son “los espacios que cualifican la ciudad” y ha analizado trabajar con el paisaje como un ejercicio de humildad, de intervenir sin dejar huella en un elemento vivo y dinámico gracias a la capacidad de regeneración de la naturaleza, “pasar de puntillas haciendo mucho pero que parezca que no” y ser capaces de analizar exhaustivamente el clima y el lugar como bases sobre las que se origina el proyecto. Conchita ha avanzado el trabajo en la fase 2 del proyecto de urbanización del sector 1 del PDU Gran Vía Llobregat (2017-2020): Tras el soterramiento de la Gran Vía intervenir en la superficie de 61 hectáreas para restaurar y regenerar los espacios, identificando las trazar del lugar y la historia, mejorando la conexión norte-sur, aprovechar los equipamientos deportivos de la zona y poner en valor los hospitales creando un nuevo clúster biomédico. Todo ello buscando una nueva forma de vivir la ciudad más inclusiva, vegetada, productiva y amable con espacios pacificados, seguros, renaturalizados y adecuados a la preocupación por el cambio climático.

Desde MDBA, la arquitecta María Díaz, ha reflexionado sobre la preocupación por los seniors y las viviendas, siendo conscientes que “lo peor de la vejez es la soledad” y como la explosión demográfica nos lleva a una pirámide invertida que en 30 años hará que la población mayore de 65 años se multiplique por dos. En la actualidad, este segmento de la población vive solo (3 de cada 5) y en viviendas mayores de 70m2 en espacios infrautilizados y en ocasiones con mala accesibilidad. La investigación de MDBA en “Boomer Age” ha analizado en el barrio actual con más población mayor de Barcelona (Eixample, un 16%) cómo intervenir en un edificio estándar y realizar una subdivisión de la planta en cuatro viviendas de 50m2 y aumentar el espacio colectivo (en la actualidad tan solo un 6,6% dedicada a la comunicación vertical) al generar un nuevo espacio central como CORE de todas las posibles actividades compartidas (estancia, terraza, lectura, cine, talleres, lavandería, deporte, habitaciones extra para visitantes, huertos urbanos…)  con la finalidad de dotar de espacios de socilización, sentirse útil y mantener la independencia en la etapa de la tercera vejez.

La arquitecta Meritxell Inaraja, con la oficina de arquitectura Meritxell Inaraja establecida en Vic, ha explicado tres proyectos de rehabilitación y transformación del patrimonio: la antigua fábrica de la moneda “La Seca” para la Fundación Joan Brossa en Barcelona (un edificio histórico del s.XV que había sufrido muchas alteraciones y se pone énfasis en recuperar la historia del edificio, preservar los elementos de valor histórico, limpiar lo superfluo y adaptarlo con pequeñas nuevas intervenciones para el nuevo uso con un espacio recuperado útil para teatro, una mejor relación de luz en las plantas, y una conexión puente con la nave dos con su cubierta a dos aguas y un gran patio de luz que ilumina el espacio), la rehabilitación del sótano del Espai Liceu en Barcelona (generar nuevos espacios polivalentes para pedagogía, formación y talleres en este espacio que incluye una parte de la cripta del antiguo Convent dels Trinitaris, cuya propuesta pasa por limpiar las intervenciones posteriores, distribuir el sótano a modo de calle interior y generar cerramientos móviles para espacios diáfanos) y la recuperación del edificio de la Unió de Cooperadors en Gavá (un proyecto de 1936 de Sert y Torres Clavé en el que se busca limpiar, recuperar y dotar de doble espacios y escaleras nuevas, así como poner en valor la fachada de un edificio original del GATCPAC).

Finalmente, Benedetta Tagliabue, arquitecto principal de Miralles Tagliabue EMBT, ha destacado el trabajo reciente con las exposiciones del Homenaje Miralles realizadas con el apoyo de Joan Roig y Victoria Garriga. Las exposiciones han abordado desde la parte profesional (con cuatro obras junto a originales, maquetas, videos, expositores), a la más personal y al “To be continued” con los proyectos en los que estudio está inmerso en la actualidad. Tagliabue también ha repasado algunos de los últimos trabajos del estudio: una de las estaciones del arte en Nápoles (una plaza hundida cubierta de madera donde surge la organicidad y naturaleza en un entorno duro), la Iglesia de San Giacomo en Ferrara (un proceso divertido que aúna la belleza, el arte y la espiritualidad y un trabajo colaborativo con artistas y liturgistas), Parco del Mare en la Rivera de Rimini (un masterplan para equilibrar el turismo masivo con la belleza de la ciudad de Fellini), la Estación de metro Clichy-Montfermeil en París (una apuesta por huir del bunker en un entorno complicado y que la infraestructura sea un tejido/vestido que regenere el barrio y ponga en valor la participación social y la cultura local), el centro Kálida en el Hospital Sant Pau de Barcelona (un pabellón en el que sentirse como en casa para los pacientes oncológicos en el que bajo un mismo techo encontrarán soporte práctico, emocional y social), así como varios proyectos en Asia (la torre para la sede de ChinaTrust en Taiwán, la plaza Century Square en Shanghai o el Conservatorio de Música de Shenzhen, entre otros).

En el debate final que ha cerrado la jornada los participantes han dialogado sobre el impacto del covid19 en su actividad, los cambios en la manera de trabajar gracias a las tecnologías, las nuevas necesidades en el ámbito de la vivienda, las nuevas demandas de los clientes, la necesidad de abrirse a los espacios exteriores y cubiertas, la importancia de contar con ciudades con espacios públicos y naturales de calidad, y la importancia de los criterios de salud y sostenibilidad en el diseño de los proyectos, entre otros temas.