La jornada, organizada por Grupo Vía y celebrada en el Hotel Catalonia Atocha de Madrid, fue posible gracias al patrocinio de Soprema, Commtech y Tarkett y reunió a un centenar de profesionales. La tercera edición de este evento ha abordado la tendencia en el sector hacia el nuevo estándar WELL Building, que mide y certifica el rendimiento de los edificios en ámbitos como la salud, la productividad, el bienestar y el confort combinando las mejores prácticas en siete conceptos: aire, agua, nutrición, iluminación, bienestar físico, confort y mente. Así como se han dado a conocer nuevos proyectos certificados BREEM y LEED, así como las claves en la reciclabilidad de materiales y desarrollo de productos Cradle to Cradle ©.

Desde CBRE, la responsable de WELL Services Patricia Fuertes abrió el evento analizando el cambio que se ha producido en el sector en el que las organizaciones tienen como objetivo fidelizar el talento y además de ofrecer espacios sostenibles y respetuosos con el medio ambiente están invirtiendo en el bienestar de las personas generando espacios sostenibles y saludables certificándose con LEED, BREEAM y WELL. Fuertes desmontó en su ponencia seis de los principales mitos sobre la certificación WELL: ni es un invento de CBRE (ya que hay más de 1600 proyectos certificados WELL en el mundo), ni sirve solo para certificar una planta, ni solo es útil para empresas grandes (p.e. Fagerhult/Commtech están certificando su espacio en Barcelona), ni siempre necesita obra (p.e. Oficinas de Actiu en Castalla), ni es solo para edificios innovadores (p.e. Intu se ubica en un antiguo palacete en la Castellana) y ni es para un único modelo de negocio (p.e. Axxa Assistance cuenta con un call center saludable WELL).

Por su parte, José Titos, Managing Director de INERIA destacó cómo el sedentarismo y que pasemos la mayoría del tiempo en espacios interiores ha sido clave en el cambio de óptica, teniendo en cuenta cómo el 90% de los trabajadores admiten que el espacio no saludable afecta a la calidad del trabajo: bajas, ausentismo, eficiencia y cumplimiento de plazos. La certificación WELL v2 tienen cuenta diez conceptos que se habían olvidado en la concepción de los espacios: aire (un aumento de la calidad de aire supone una mejora del 8-11% de la productividad), agua (la deshidratación afecta un 2% al desempeño y concentración), alimentación (unos hábitos no saludables afectan un 66% a la productividad), iluminación (la falta de luz suponer un aumento del 36% en los riesgos de salud y una disminución del 15% en la concentración), movimiento (la apuesta por escritorios elevables genera menos estrés y más productividad), confort térmico (las temperaturas demasiado calientes o frías afectan un 4-6% al desempeño), confort acústico (el ruido disminuye un 66% la productividad), materiales saludables (los espacios interiores generar mayor contaminación con materiales que incluyen COVs), mente (la apuesta por la biofilia aumenta la concentración y el bienestar) y comunidad (apuesta por espacios adaptables, privados para la concentración y abiertos para la colaboración).

El arquitecto Miguel Díaz, director del Laboratorio de Investigación de Ruiz-Larrea & Asociados presentó el proyecto de promoción residencial Adelfas para Acciona de 98 viviendas en Méndez Álvaro (Madrid), que es el primer edificio certificado BREEAM Muy Bueno con el mayor porcentaje (67’99%) en el sector residencial colectivo en España. El proyecto apuesta por intentar ocupar todo el volumen pero fraccionándose en dos para que el 100% de las viviendas sean pasantes y dispongan de iluminación natural, así como genera una envolvente continua cerrada SATE+chapa para el impacto acústico y el aislamiento térmico. Díaz desgranó varios de los puntos de la certificación BREEAM donde han puesto más el foco como es la gestión de los impactos de la zona de obras (analizando el kilometraje del transporte de todos los materiales), salud y bienestar, uso de suelo y ecología (vegetación sin riego), reducción del consumo de agua, introducción de calderas bajas en emisión de NOx e innovación (acabados libres de COVs o luminarias eficientes y controles de presencia). Todo ello ha llevado a que la promoción residencial emita un 67,50% menos de CO2 y consuma un 54,02% menos energía.

Por su parte, Bieito Silva, responsable de Certificación WELL del Instituto Tecnológico de Galicia reflexionó sobre cómo los edificios tienen un gran impacto en el bienestar y en la salud al pasar más de uno 90% de nuestro tiempo en espacios cerrados. De ahí el auge que está experimentando la certificación WELL (duplicando de septiembre a abril el número de proyectos certificados en todo el mundo) ya que permite incidir en el confort, salud y productividad además de en la sostenibilidad. Además el sello ofrece más ventajas frente a otras certificaciones ya que está basado en el rendimiento (mediante los tests de verificación en calidad de aire, agua, luz, confort térmico y confort acústico), exige una recertificación cada 3 años (donde comprobar que sigue cumpliendo) e incluye una doble modalidad (para propietarios que van a ser los usuarios de los edificios pero también para aquellos que van a alquilar los espacios).

Desde Ambisalud, su director general Paulino Pastor, centró su intervención en la calidad del aire ambiental de los edificios, analizando el gran impacto corporativo que tiene este ámbito en la empresas y sus usuarios: problemas de ventilación (por fallos de diseño, deterioro de equipos, falta de mantenimiento o fallos en el modo de uso de las instalaciones), problemas de contaminación fúngica, síndrome del edificio enfermo, problemas con los compuestos orgánicos volátiles, problemas con la contaminación del aire exterior, así como problemas con legionela, amianto o radón. Extrapolando los datos de un informe en Francia sobre el coste que supone para la sanidad pública la mala calidad del aire interior, Paulino identificó para España una cifra en torno a los 14-15.000 millones de euros. Las soluciones pasan por cumplir la normativa en inspecciones de calidad ambiental, así como apostar por sellos como WELL que premian la buena calidad del aire interior y apostar por: ventilar correctamente los edificios con aire de buena calidad o purificado, minimizar el uso de materiales y practicas contaminantes, maximizar la higiene general y especifica de los sistemas de AC, así como medir y controlar periódicamente (si no puede realizarse en continuo).

Elena Trenado, consultor inmobiliario medioambiental senior de Savills Aguirre Newman impartió una ponencia sobre los retos y estrategias a la hora de apostar por certificaciones como LEED y WELL, teniendo en cuenta la importancia de la fase inicial pero también del proyecto y obra así como de la gestión del cambio con el usuario. Trenado defendió el papel decisivo que tiene la consultoría inicial para identificar las necesidades del cliente, el alcance de la intervención e incluir al equipo de certificación dentro del equipo técnico del proyecto. Asimismo, en la fase de proyecto y obra es clave la apuesta por la transparencia radical con las características de sostenibilidad y toxicidad de los materiales de construcción (mediciones detalladas, ensayos, BBDD de fabricantes…). Finalmente, un buen proyecto debe trasladar las ventajas al usuario final, tanto con manuales de usuario, como explicando los beneficios a los diferentes departamentos, realizando formaciones  y monitorizaciones, así como ofreciendo servicios post-ocupación.

Desde Estudio Lamela, su director de Proyectos Jesús Hernández, expuso uno de los últimos proyectos del despacho como es Discovery Building para Colonial: una reconversión de un edificio de viviendas entre medianeras en oficinas, en el que gracias a la decisión de colocar dos núcleos se libera el espacio central para generar una planta flexible y diáfana que se puede fragmentar, así como centralizar las instalaciones, dotar los espacios de luz natural con protección solar, y desarrollar grandes terrazas y una cubierta vegetal. Gracias al compromiso de todos los agentes que han intervenido en el proyecto éste ha sido certificado como Leed Platino generando un ahorro total del 25% en el consumo energético, reduciendo el consumo de agua, apostando por la biodiversidad y vegetación y el uso de materiales sostenibles.

Finalmente, por parte de la constructora OHL su responsable del área de Calidad y Medio Ambiente María Palau habló en su ponencia sobre el edificio de oficinas en Las Tablas M.1.3 para la promotora GMP que aspira a la certificación LEED Platino v3 y WELL v1. Palau compartió los aspectos que desde el punto de vista de una empresa constructora se tienen en cuenta para la contribución en la obtención de puntos en los certificados sostenibles: desde un correcto plan de control de erosión y sedimentación (PCE), a la gestión de los residuos de construcción buscando reducir un 75% los recursos de vertedero y apostando por la correcta segregación, envasado, etiquetado y traslado de los residuos para sus reciclaje, así como a garantizar que el contenido reciclado tengo un valor mínimo del 20% del total del coste de materiales y que más del 20% de este contenido sea de KM0, además de garantizar que sean materiales saludables libre de radón y que generan una buena calidad del aire interior del edificio.

El evento finalizó con un debate entre todos los ponentes en el que se habló sobre el papel de los promotores en la apuesta por la sostenibilidad de los edificios y los materiales, la necesidad trasladar al usuario final los beneficios de los espacios sostenibles y saludable, la importancia de usar como estrategia las pautas de BREEAM o WELL más allá de que finalmente se certifiquen o no, los beneficios y retos de la construcción industrializada en el ámbito residencial, las claves para combatir el síndrome del edificio enfermo y la acumulación de electricidad estática en los espacios, entre otros temas.