Nos encontramos en un año clave para el sector de la arquitectura en materia de innovación, descarbonización y sostenibilidad, digitalización, y nuevas metodologías y técnicas constructivas. Y más allá de las obras nuevas singulares, el foco estará en la rehabilitación de los activos existentes (la superficie visada para rehabilitación en el primer semestre del año pasado se incrementó en un 7,1%, siendo el mejor dato de los últimos cinco años). El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana contempla de aquí a 2026 más de medio millón de intervenciones para mejorar la eficiencia energética, accesibilidad, conservación y funcionalidad del parque edificatorio existente. Pero ¿cómo son los proyectos que están diseñando los estudios de arquitectura de Madrid?
José Seguí, arquitecto fundador de ESTUDIO SEGUÍ, ha recalcado la importancia de abordar la sostenibilidad en los proyectos en clave de habitabilidad y teniendo en cuenta las medidas pasivas que la arquitectura puede proporcionar. Así en el Plan Especial de la Alhambra vemos espacios libres que obedecen a reglas matemáticas con orientaciones y sombras, calefacción mediante cámaras en paredes y suelos y canalizaciones incorporadas, recogida de agua con reglas hidrodinámicas e iluminación de la bóveda que transforma el vapor en arcoíris. La Ciudad de la Justicia de Málaga cuenta con un sistema de galerías horizontales y verticales para la aireación natural, elementos brise-soleil en GRC para control solar, patios, jardines y umbráculos. Así como hay trabajos en las pieles exteriores y apertura de huecos en fachadas en proyectos como el Centro de Investigación Tecnológica de la UM, Polideportivo de Antequera o el Hotel Miramar (y su cubierta con un sistema tubular para captación solar). Finalmente, en el futuro edificio polivalente de la Universidad Rey Juan Carlos I en Alcorcón se están realizando cálculos para la apertura de la malla metalizada según análisis climáticos de cada fachada.
Laura Martín, arquitecta asociada de B720 FERMÍN VÁZQUEZ ARQUITECTOS, ha compartido unas nuevas oficinas junto a los Juzgados de Pradillo, con el reto de intervenir en dos edificios con normativas y usos diferentes para lograr una imagen unitaria. En un entorno de ciudad consolidada, el objetivo se ha puesto en cómo tratar los bordes, patios y espacios para uso compartido, con la vegetación como tema principal y que invite a usar las escaleras, así como la aspiración de generar espacios más habitables y acogedores. Asimismo, también ha enseñado los trabajos para la futura nueva estación de Chamartín y cómo integrar un conjunto de necesidades en el que convergen diferentes tipologías de proyectos. Se busca generar unas nuevas torres que dialoguen con la ciudad, así como actualizar las bóvedas existentes y limpiar la fachada, reducir al máximo la nueva construcción en el pabellón Norte con una estación abierta, y generar un espacio verde y terrazas integradas con una renaturalización del entorno y prioridad para el peatón.
Natalia Morado y Alberto Muñoz, arquitectos de CHAPMAN TAYLOR, han desgranados dos proyectos del estudio. Por un lado, un residencial en López de Rueda 15 en el que se rehabilita un edificio en esquina, con la obligatoriedad de mantener y poner en valor la fachada existente, mientras que el interior -debido a su estado- podía demolerse. Se introducen patios en esquina para la iluminación y ventilación que parten desde el sótano donde se ubican zonas comunes, instalaciones y trasteros, así como se amplían dos plantas (retranqueando la sexta de ellas con terrazas). Las viviendas vuelcan la zona de día al vestíbulo principal y en la fachada del edificio se contrastan los dos lenguajes: nuevo y antiguo. Por otro lado, la ampliación y reposicionamiento del centro comercial Gran Plaza de Majadahonda. Construido hace 20 años por el propio estudio, necesitaba una actualización de usos por los cambios logísticos y de consumo y la potenciación del transporte públicos vs el vehículo privado. De esta forma el parking se transforma en espacio público y se introducen espacios de ocio para atraer a la gente, así como se reforma el food court, se introduce un nuevo volumen con fachada vegetal, se potencia una nueva vegetación y paisajismo de bajo consumo en riego, se generan nuevas zonas infantiles y rocódromo y se rehabilita el centro comercial existente abriendo lucernarios y actualizando el diseño llevando al interior la naturaleza.
Pablo Rein, arquitecto fundador de BUESO-INCHAUSTI & REIN ARQUITECTOS, ha explicado la nueva sede de Advantere School of Management que es fruto de un concurso ganado en una franja libre en Mateo Inurria en base a cuatro ejes: excelencia (edificio refleja la calidad que exige la institución), racionalidad (acorde al espíritu de los jesuitas de no ser ostentoso), versatilidad (posibilidad de adaptar los diferentes programas por la evolución de las necesidades) y sostenibilidad (función, luz y materiales de bajo mantenimiento). Así surge un nuevo edificio muy largo con seriación y repetición de su costilla, que generar más de 15 metros de luces en planta sin pilares intermedios, y dos núcleos de comunicación (uno de ellos muy emblemático y reconocible al ser el acceso al edificio). La fachada sur consta de una segunda piel con lamas suspendidas por cables, la cubierta cuenta con una banda para la captación solar, la zona de acceso y recepción es a doble altura y en la parte de atrás se enmarca el salón de actos polivalente con un pequeño graderío exterior.
Javier Chávez, director de proyecto de TUÑÓN Y ALBORNOZ, ha expuesto la rehabilitación del antiguo Banco de Madrid, un edificio de los años 80 en Paseo de la Castellana 2. Tras muchos años abandonado se aborda una reestructuración total del edificio y su imagen para la comercialización por arrendamiento. El proyecto atiende a la importancia de la localización, su historia y la visibilidad que protagoniza. Se busca intervenir con una solución sencilla que aporte claridad y orden a este edificio situado en un entorno de edificios reconocibles, con una nueva fachada y cerramiento que juega con el vidrio la piel textil y las lamas de roble, así como mejorando el factor de forma buscado un volumen sólido, muy compacto, transparente y sostenible. Con una estructura complicada con pocos pilares y luces de 15m y requerimientos de accesibilidad, protección anti incendios e instalaciones térmicas, se apuesta por mantener la estructura pero modificar los forjados metálicos que acogen las instalaciones entre las vigas y por una solución de toldos técnicos muy característicos que serán la imagen del nuevo proyecto.
Miguel Díaz, director de Sostenibilidad de RUIZ LARREA ARQUITECTURA, ha mostrado dos trabajos de rehabilitación patrimonial. El primero de ellos la rehabilitación del Westin Palace con el reto de intervenir en un monumento histórico de la ciudad de Madrid, devolviendo al patrimonio colectivo este gran edificio como fue pensado en 1912 pero actualizado a las necesidades actuales. Un proyecto por fases en el que primero se aborda la puesta en valor y recuperación de las cromatías, colores y detalles originales de la fachada, así como la transformación de las 470 habitaciones, para luego intervenir en esa gran joya que es la vidriera de la cúpula de los hermanos Maumejean y finalmente en la recuperación de las zonas comunes, lobby y jardín de invierno buscando acercar a los ciudadanos al hotel. El segundo de ellos es la rehabilitación de Castellana 19 para albergar las primeras oficinas certificadas bajo el estándar Passivhaus, con dos patios bioclimáticos y una fachada como captadora solar (para convertir la radiación y usarla térmicamente en el interior) y geotermia por micropilotes.
David Ávila, director asociado de LUIS VIDAL + ARQUITECTOS, ha señalado la importancia de abordar los proyectos de rehabilitación desde la honestidad y buscando que el nuevo proyecto será útil, sostenible y cree un impacto positivo para su entorno. Así encontramos trabajos en Madrid como las nuevas Torres de Colón, Castellana 77 o Eloy Gonzalo 10. Como caso de éxito del estudio, Ávila ha relatado los trabajos en Chile del Centro Comunitario + CESFAM Matta Sur. Un proyecto original de 1891 que tras albergar diferentes usos se encontraba dañado por el terremoto de 2010 y abandonado y el movimiento popular pedía su recuperación. Mediante un proceso participativo con los vecinos se desarrolló el programa de necesidades y se apostó por introducir en la parcela un centro de salud, así como recuperar el liceo e incorporar una nueva plaza pública. La clave del proyecto ha sido cómo encontrar el diálogo entre los dos edificios, aportar una plaza vertebradora y dinamizadora social, así como los complicados tratamientos para recuperar las fachadas y poner en valor los diferentes elementos históricos, de tal manera que ambos edificios, lejos de competir, se complementan, creando un espacio único y singular.
Gonzalo de Echarri, director de ORTIZ LEÓN ARQUITECTOS, ha recordado la evolución de las exigencias en materia de sostenibilidad en los proyectos a lo largo de las décadas. El estudio ya abordó en los 80 con las Torres Mapfre temas de industrialización, construcción modular y protección solar pioneros en el momento. En los 90 con el edificio Sanitas se da el salto a la colaboración con las ingenierías ya que la tecnología permite maximizar la eficiencia y se complementa con estrategias pasivas. En los 2000 llegan las certificaciones siendo el edificio Alvento el primero proyecto LEED de España y en los 2010 el enfoque pasa al wellbeing y bienestar con temas de naturaleza, luz, aire y confort (como por ejemplo en el proyecto ArqBorea). En estos momentos el reto es aún mayor ya que se buscan edificios de consumo casi nulo, con ejemplos como Naturgy (con una envolvente con elementos pasivos) y Castellana 85 (con una fachada activa) y con una construcción modular y uso de materiales bajos en carbono (p.e. Ombú en Méndez Álvaro). El horizonte a 2050 con el marco NetZero Whole Life Carbon, Taxonomy EU y el marco LEVEL(s) pasará por edificios de huella de carbono completa, que incidan en temas de desmontaje y circularidad y con una generación positiva de su propia energía.
En el debate final que cerró la jornada los participantes conversaron sobre los principales cambios en las necesidades de los clientes y concursos, el momento de gran apetito inversor en Madrid en el que se están buscando espacios de calidad, el cambio en los modelos familiares, las nuevas necesidades de edificios de usos mixtos, la profesionalización de los inversores que exigen más rigor en los proyectos, el papel de la industrialización de la construcción y la posibilidad de que facilite el acceso a la vivienda, la necesidad de concebir proyectos con posibilidad de cambios de uso y ampliaciones a futuro, la nueva concepción de las oficinas como espacios donde compartir y más conectados al exterior, el boom de los coliving y el impacto de los nómadas digitales, la ciudad de los 15 minutos, la resiliencia de los centros comerciales que se están reposicionando y adaptando, y la apuesta por el uso de la madera en los proyectos, entre otros temas.